dilluns, 22 de setembre del 2008

Still dreaming


Anoche se me mezcló en sueños el calor de tu espalda, el color de la oscuridad y el olor de tu respiración pausada. De tu aliento más profundo. Sé que sabía a ti, como todas las cosas que empiezan con tu nombre. Y, en tu nombre, sé que inventé un suspiro. Y creo que en algún momento puede que te susurrara algo al oído, entre vuelta y vuelta del colchón al techo y del techo a ti. A tu cielo. Puede que sí, que los días se me vuelvan grises casualmente cuando no estás y te echo de menos. Llueve. Lo sé porque te miro por la ventana, aunque no estés ahí. Y me mojo. Y de repente caigo en que ese susurro llevaba encerrado un siempre, dentro de un nunca, detrás de cada letra que no oí. Y le echo la culpa al sueño. Y me río. Te pinto azul. Nos mezclo cada noche que te escribo.