dijous, 10 d’octubre del 2013

ella (siempre) baila sola


Que los relojes no duermen y en mi mente sus agujas son espadas...

Y se me va de las manos mientras la vida sigue pasando.


dimarts, 8 d’octubre del 2013

Frágil

El mar está muy, muy lejos. Tu fuerza me arranca del camino. Floto. Me engulle la corriente. Serpenteo. Respiro. Nado. Buceo. Vivir como un pez en tu agua es fácil. Casi me noto ya las escamas. Resplandecientes. Pero llega esa temporada, la de la sequía, y se me hace cuesta arriba. Casi no hay pendiente. Demasiados cantos rodados, demasiado sol, demasiada angustia. Sorteo lo difícil, sí, pero no puedo evitar a veces sentirme medio fuera de ese agua, aletear, boquear, intentar no ahogarme en el exterior. Calor seco. Qué lejos este mar, qué escasa esta agua. Qué cruel este río. Qué frágil esta piel ... y cuánto te echa de menos.

dimecres, 2 d’octubre del 2013

Lo que gritan los labios

El paso del tiempo. Ese inexorable destino, camino. El paso del tiempo que nos moldea, nos cambia, nos crea, nos agrieta, nos revive, no nos pertenece. Ha pasado ya demasiado y poco tiempo, todo a la vez. Aún luce el sol, las hojas no se atreven a dejarse caer de su árbol. Demasiado y poco tiempo. Quizá insuficiente, quizá excesivo. Ya no recuerdo en qué tiempo nos perdimos, pero recuerdo muy claro el tiempo en que me perdí, en que estuve perdida. El tiempo no pasó. El tiempo no arregló mis pedazos. El tiempo era cada vez más hojas en el suelo. Más letras por los suelos. El tiempo es sólo melancolía y no la quiero. Olvidémonos del tiempo y fijémonos más en los espacios. En las distancias. En lo que gritan los labios. En lo que escuchan las paredes.