divendres, 29 de novembre del 2024

El universo

 

Sin ser físico cuántico puedo describírtelo.


El universo, como yo lo entiendo para que me de paz, casi podría ser una nueva religión. Es un conjunto de realidades transcurriendo en paralelo, un multiverso, en el que existe al menos una en la que somos felices juntos. Esa no es la realidad que habito, aunque yo pensara que sí. 

En la realidad que me ha tocado vivir, tú no estás y no tendré nunca más ni un solo átomo tuyo. Y tú al chocar conmigo me ionizaste toda, cargándome en negativo, llevándote contigo muchos de mis protones. Y a veces creo que soy antimateria y que tenemos prohibido acercarnos el uno al otro para no aniquilarnos, como si los dioses griegos nos hubieran condenado por los siglos de los siglos en esta eterna agonía. Otras simplemente es como si ya no existieras, casi como si hubieras muerto, no encuentro la diferencia.

Y elijo, así, paliar mi sufrimiento y este vacío con la simple idea de que en algún lugar y en otro o quizá en el mismo tiempo existe otra yo y otro tú y somos una fantasía. Somos un eterno sueño de una noche de verano. Somos todo lo que echo de menos, todo lo que no puedo ya ser, lo que no me está permitido en esta, mi realidad. 

Y viajo en el tiempo y en el espacio, en mi mente. Sé que no debería pero ¿cómo no convertirse por un instante en otro yo y poder tener a otro tú, aunque no sea corpóreo? Es lo único que me queda. También es todo lo que me duele. Me hiere. Subirse a ese agujero de gusano es volver a hurgar en una herida cada vez más profunda y, aún así, parece que te calma un ratito. Sé que eso tiene un nombre. Pero también sé que podré traerme de vuelta, seguir en el mismo universo, que es nuestro universo, ver las mismas estrellas, sobrevivir mi vida. 



dimarts, 26 de novembre del 2024

De miedos y de pánicos

 

De ir a ese concierto. De la oleada de recuerdos y de nostalgia. De volverme a perder. De haberme equivocado. De haberme perdido. 

De pensarte. De repensar mi vida. De mi vida. De mi cuerpo. De ser frágil, en todos los sentidos. De llorar pero también de no haber llorado lo suficiente en su momento. De todos los momentos. Del tiempo. Del pasado más que del futuro, pero también del presente. Del no saber. Del no entender. Del no tener ni idea. De no tener una idea, una guía. 

De pasar por tu barrio, de tu parada de metro, de encontrarte cualquier día por la calle. De verte algún día y no saber qué decir. De decir demasiado. De no poder decírtelo ya nunca. Y también de no verte nunca más. De no tocarte nunca más. De haber huido para no ahogarme. De seguir huyendo toda mi vida.


"It was death. I choose life."



dijous, 21 de novembre del 2024

Una mañana de domingo

Se nos rompió el amor una mañana de domingo de tanto usarlo ... o de no (saber) usarlo.


dilluns, 18 de novembre del 2024

Sangrando a borbotones


Estoy aquí sangrando a borbotones. No puedo decir que me sorprenda esta herida. La reconozco. Siempre estuvo ahí. He hecho un buen trabajo poniéndole parches a esta vida mía. Fui lanzando tus recuerdos a un pozo tan profundo que al final ha rebosado (eran demasiados). Y ahora estoy aquí agazapada, escondida, esperando que no me encuentre nadie para poder desangrarme de amor, de nostalgia, de tristeza, hasta vaciarme del todo. Vomitar. Echarlo todo afuera y que no quede nada. No sentir nunca más nada. No tenerte ya más dentro. No sufrir tu ausencia. No sufrir.


dijous, 11 de desembre del 2014

XVII


No te amo como si fueras rosa de sal, topacio 
o flecha de claveles que propagan el fuego: 
te amo como se aman ciertas cosas oscuras, 
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva 
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, 
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo 
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, 
te amo directamente sin problemas ni orgullo: 
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres, 
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, 
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Soneto XVII - Pablo Neruda (of course!)


dimarts, 28 d’octubre del 2014

Enredaderas


Yo soy de admirar lo bello, de reír, de soñar, de disfrutar de las pequeñas cosas. Yo soy de acariciar la hierba húmeda, de escuchar el mar, de oler la lluvia, de arena caliente de la playa entre mis dedos. No puedo vivir sin sentir, ya lo he intentado. Ni sin el silencio. Y, aunque tú eres tanto ruido, también eres belleza. Eres acariciar tu piel, escuchar tu guitarra, sentir tu presencia... eres tus dedos entre mis dedos. Tan sencillo, tan simple. Tan poco poético. 

Lo cierto es que no puedo dejar de mirarte.

Tú no eres poesía, eres el libro que podría escribir. Eres de historias entrelazadas, de escenas moviéndose aprisa ante mis ojos. Eres prosa poética. Eres adjetivar todos los verbos, rimar de vez en cuando. Graduar los sonidos. Eres una película documental con algunas escenas cotidianas y fotografía de paisajes. 

De lejos. De dudas. De lo sientos. De silencios. 

De todo un poco se nos ha ido llenando este tiempo y un día descubres que te ha crecido una enredadera en la vida. Y que lleva tu nombre. 

diumenge, 10 d’agost del 2014

El vagón

Hay un montón de gente que viene y va en el mismo vagón que yo. Es ese vagón en el que estás sólo para ir a alguna parte. De un lugar a otro. Para bajarte en la parada que quede más cerca de tu destino. En el que no se oye nada bueno ni nada malo. El que no huele. En el que no sientes frío, tampoco calor. Es un vagón sin colores estridentes y con pocos acelerones. A veces para en medio de un túnel y, después de un tiempo indeterminado, recobra su marcha. Y nadie se immuta.

Es uno de esos vagones que va la mayor parte del tiempo bajo tierra, aunque a veces entra un rayo de sol por las ventanas y te desconcierta. Una voz monótona va cantando las paradas. También los trozos de línea parados y las incidencias. A veces se llena, a veces quedan tan sólo un par de personas. A veces todas las paradas parecen iguales y no te das cuenta de cuántas veces has ido dando vueltas. En algunas paradas puedes cambiar a otro vagón con otras paradas, otra gente, otro transcurrir. Pero da palo, porque ya has tomado asiento.

Yo no sé si es el vagón en el que te escondes o es el vagón que casi nadie quiere tomar, pero sé que te sientas sola y debes decidir tú sola abrir en algún momento dado las puertas. Lo mismo se te pueden pasar las oportunidades como puedes precipitarte. Y fuera nadie se dará cuenta de que andas perdida en un lugar que ni conoces ni deseabas. Es terriblemente extraño.

Dan pocas ganas de cogerlo, pero a veces no te das cuenta y te encuentras ya en él y entonces lo realmente complicado es decidirse por salir. ¿Hará calor? ¿Será invierno? ¿Habrá gente, edificios, plazas, bancos, estatuas? ¿Me sentiré cómoda en ese aire tan libre?

¿Será esta, al fin, mi parada?