dimarts, 17 de novembre del 2009

Cerca de tu boca


El verbo se rompe después de cada tiempo. Te señala con esa sonoridad final, te sorprende con la boca bien abierta. Pauso la respiración porque poco a poco me vuelvo más imperfecta. Soy ecléctica, aunque tú me veas siempre al otro extremo de ti. De lado todo se vuelca: mi boca en ti, tu mano en mi mano, todo el cariño que nos queda y que, por suerte, sigue fluyendo. Se equilibra. Al final y al principio, todo se reduce a eso. Un grito, una mirada, un suspiro,… incluso esa lágrima: siempre el cariño. Incluso en este tiempo y en este verbo. Que el frío no impida tu límpida sonrisa. Ni el día nublado enarbole tus músculos, enarque tus cejas, temple tu pulso. Tu siempre debes ser abierto y reflejante, como el mar al cielo. Sé que habrá un día en que pueda contarte las caricias una a una y los lunares tres a tres. Quizá entonces no terminen las noches y tengamos que desayunarnos los buenos días con cereales y miel. Pero será cerca de tu boca (preciosa, profunda, disparada y disparatada). Cerca de tu boca todo parece más profundo. Y también más lejano.

divendres, 6 de novembre del 2009

Encuentros


Sigue siendo primavera cada vez que puedo respirar al lado de tu cuello. Con ese aliento pausado marcando un tiempo ralentizado, retando todos los sonidos. El silencio de la ternura que a veces susurra y me pone la carne de gallina… Ya sabes, ese sentir tan profundo. Recuerdo bien ese centímetro que marcó nuestras dudas y labró mi tierra. Tenía que morirme antes de sentir la esencia o la boca se dispararía hacia un lugar oscuro, como cuando te atreves a decir te quiero antes de tiempo. Siempre es pronto para tocar tu cuerpo. Pero descubrí que tú también besabas con carne trémula. Descubrí que podía respirar la ternura a tu lado, mucho antes de adentrarme en mi mirada, en tu mirada. Descubrí todo de nuevo, porque quise reinventar el tiempo, el cielo, la risa, los besos. Me sentía flotar sin ser consciente de mi lento ascenso, pese a mi caída. Pese a mis miedos. Una vez me pediste un beso. Todas las veces te doy yo toda mí misma, aunque luego me eche en falta. La misma falta que tú me haces. La que tú me hacías.