dimarts, 17 de novembre del 2009

Cerca de tu boca


El verbo se rompe después de cada tiempo. Te señala con esa sonoridad final, te sorprende con la boca bien abierta. Pauso la respiración porque poco a poco me vuelvo más imperfecta. Soy ecléctica, aunque tú me veas siempre al otro extremo de ti. De lado todo se vuelca: mi boca en ti, tu mano en mi mano, todo el cariño que nos queda y que, por suerte, sigue fluyendo. Se equilibra. Al final y al principio, todo se reduce a eso. Un grito, una mirada, un suspiro,… incluso esa lágrima: siempre el cariño. Incluso en este tiempo y en este verbo. Que el frío no impida tu límpida sonrisa. Ni el día nublado enarbole tus músculos, enarque tus cejas, temple tu pulso. Tu siempre debes ser abierto y reflejante, como el mar al cielo. Sé que habrá un día en que pueda contarte las caricias una a una y los lunares tres a tres. Quizá entonces no terminen las noches y tengamos que desayunarnos los buenos días con cereales y miel. Pero será cerca de tu boca (preciosa, profunda, disparada y disparatada). Cerca de tu boca todo parece más profundo. Y también más lejano.