divendres, 5 d’abril del 2013

Desa(r)marte

Era tan fácil desarmarte. Callar tu boca, volcar tu risa, acercar tus manos. Era fácil saberse viva, sentirse entera, vivir el mundo. Teníamos nuestro mundo. Me quedaban tus abrazos.

Era fácil siempre. Hasta que un día, de repente, lo hiciste imposible. Te fuiste lejos. Tus palabras me saben lejos. Me sabes triste y rencoroso. Apenas recuerdo ya tu sonrisa.

Siempre supe cómo desarmarte, pero nunca cómo desamarte... Y no me dejas. A veces siento que ya no me queda(s) nada.

Ese día fue imposible desarmarte y, desde entonces, es y será imposible desamarte.