dimecres, 26 d’agost del 2009

Nada


Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor. De la casa de la calle Aribau no me llevaba nada. Al menos, así creía yo entonces.

Carmen Laforet - Nada

Restos de un verano tedioso que quedan atrás y que nos parecen livianos, porque son nada. Al menos cuando echamos la mirada atrás y descubrimos las miles de notorias diferencias entre lo ilusamente soñado y lo tenido. De un verano que podía ser... y fue sólo verano.
Aunque, si lo piensas bien, quizá un verano ya sea mucho...