He repasado mis actas. He recordado tus actos uno a uno. Tus palabras, tus silencios, tu voz. Te he observado muchas veces muchos días. He repetido tu nombre junto al mío. He vivido, he esperado, he respirado. Me he dicho a mí misma una y otra vez lo mismo. He mirado al horizonte infinito. Te he azuzado y ahora voy destrás de ti, siguiendo tus pasos decididos.
Me he tirado demasiadas veces a tu abismo pero aún no siento haber sido capaz de olvidar el paracaídas. Yo soy de tiempos. De ritmo lento. Soy de no soltar la cuerda. Y me encuentro con tu desnivel y sé que somos agua y que hará explotar la espuma. Sé que será sonoro. Que caerá con fuerza, que no habrá pez que lo remonte.
Y no es que no confíe, es que (aún) no me lo creo.