No hay nada más dulce que el roce de dos dedos que, temerosos y tímidos aún, comienzan la loca aventura de conocerse un poco mejor para, así, hacer temblar todas las venas de un cuerpo. Nada más entrañable que la mirada de un adolescente que, por un momento, puede sentirse príncipe o princesa y cabalgar en el tiempo de un segundo durante horas, y perderse en la ternura de unos ojos miopes y oscuros, y creer en historias de amor infinitas. Nada más excitante que aquella caricia que, vergonzosa, se adentra bajo la ropa y descubre el calor de una espalda caliente que nunca había tocado, pero que soñó anteayer y no imaginaba tan suave y delicada. Nada más deseado que el fugaz primer beso de los labios que un día te han de decir sin palabras 'te quiero'.
No hay nada más inspirador que una noche sin ti, que un alegre día de verano contigo. Ni nada más bonito que el recuerdo que cada día dejas, la huella que a cada momento querría poder volver a pisar.
PD. ¿qué pides tú?