dimarts, 30 d’abril del 2013

Distancias

Todos sabemos lo lejos que se puede estar de alguien a quien tienes tan cerca. Y lo cerca que puedes sentir a alguien que está tan lejos ... Hoy he venido a hablar de distancias.

A veces las distancias no son las que quisiéramos. A veces ni siquiera las distancias son físicas. A veces lo lejos nos rompe. Una vez imaginé que las distancias del corazón se medían con una goma entre dos dedos, que puedes llegar a estirar mucho mucho ... pero quizá al final se rompa.

E igual que las distancias rompen, a veces también las distancias curan. A veces más vale la pena escapar, o quedarse y dejar marchar, todo por sellar heridas. Heridas que, de otra manera, quedarían abiertas y nos irían sangrando poco a poco. Y escocerían en los peores momentos.

Yo ya he dejado marchar por sellar mi herida. Y ahora tengo que escaparme porque reconozcas tu cuerpo y halles tus heridas. Y las cierres. Créeme que las tienes, créeme que debo escapar. Créeme que será muy lejos. La distancia a aplicar es proporcional a las heridas.

divendres, 26 d’abril del 2013

Tiemblo

Creo que me gusta tu primavera. La que a veces me deja temblando por dentro. No entiendo cómo para ti es fácil, si es que para ti lo es. Todas las primaveras empiezan sonrojando alguna flor y tú, lo sabes, llevas todo este jardín y aún me tiemblan las hojas. No sé qué queda después de esto, y lo bonito es que siempre queda algo. Nunca es el fin.

Me gusta esa tranquilidad tuya, como si siempre fuera verano en tu cabeza. Como si el viento no te temblara un ápice esas manos. Y a mí tu brisa me nubla la cabeza y me alborota el pelo. Cuando llegas, cuando te vas, cuando me miras. Brisa. Te miro y tiemblo. Tiemblo al pensar que empieza tu lluvia a calarme dentro.

Me gusta mucho tu primavera. Demasiado...

diumenge, 21 d’abril del 2013

Punto y seguimos

Hoy no voy a hablar de ti. Punto y seguimos.

Hoy voy a hablar de la primavera, de esta primavera. Porque ya no me quedan inviernos que llorar. Hoy voy a hablar de todo lo bonito y todo lo bueno, de reencontrar viejas cosas, de reencontrarse a sí misma. Voy a hablar de toda esa gente y de todos esos gestos, grandes o pequeños, que ya son historia. Mi historia. De las pequeñas cosas que tanto me chiflan. De sonrisas. De risas. De alegría. Hoy voy a hablar de la luz entre tanta sombra y tan sombría. Hoy no voy a hablarte porque me sabe a vacío. Hoy voy a huir de tu frío.

Hoy es 20 de abril y ya te he perdido.

dimecres, 17 d’abril del 2013

Acuérdate de ti

"Darlo todo está muy bien siempre que no te olvides de ti." Recuerda esta frase, porque puede salvarte la alegría.

Puedes seguir viviendo sin ti, pero perderás la alegría y sólo creerás que eres feliz (y no lo serás). Incluso contaminarás a quienes más quieres y no te darás cuenta... Lo gris. Lo gris te cala en los huesos y, al final, sólo queda lo gris. Si es que no te pones las pilas y desayunas colores cada día ;)

Lo único urgente en esta vida es ser feliz.

dissabte, 13 d’abril del 2013

Manga corta

¿Te puedes enamorar de unos brazos? Va a ser difícil probar tus abrazos, pero tus brazos me hipnotizan. Tienen algún tipo de curva o proporción perfecta, qué sé yo, tienen tus gestos seguros y tu fuerza. Tienen tu piel, que a ratos me parece perfecta para acariciar. Tienes ese atractivo que me intimida y me pone nerviosa, y eso no me gusta. Me gusta. Y no. No quiero caer pero tú me lo haces imposible algunas veces. Y no sé cómo afrontarte porque ni siquiera sé si debería enfrentarme a...

Ya es primavera y tú llevas manga corta. Tenlo seguro: si un día me decides, voy a enamorarme (al menos) de tus (a)brazos.

dijous, 11 d’abril del 2013

Regálame un verano

De todo lo que me arrancaron sólo me quedaron tus abrazos. Entonces parecía suficiente, al menos para no caer hasta el fondo. Luego, cuando fui recuperándolo todo poco a poco, cuando quería y creía volver a ser yo toda... me dejaste sin esos abrazos tuyos.

Juro que volvería atrás. Volvería a darles todo, a darme toda, por volver a tener ese instante de ternura entre tus brazos. Pero no. Porque te hice la persona más infeliz del mundo. ¿Por qué nos hice la persona más infeliz del mundo? Porque no me quedaba nada, tan sólo tus abrazos. Abrazos para poder consolarnos, el uno con el otro, de que ya no éramos nosotros.

Qué difícil es seguir cuando todo se ha roto. Quizá vale la pena romperlo del todo y pisotearnos muy fuerte las entrañas, hasta que ya no quede aire que tragar compulsivamente. Vale la pena si se puede volver a donde todo empieza.

Arriésgate, regálame un verano.

divendres, 5 d’abril del 2013

Desa(r)marte

Era tan fácil desarmarte. Callar tu boca, volcar tu risa, acercar tus manos. Era fácil saberse viva, sentirse entera, vivir el mundo. Teníamos nuestro mundo. Me quedaban tus abrazos.

Era fácil siempre. Hasta que un día, de repente, lo hiciste imposible. Te fuiste lejos. Tus palabras me saben lejos. Me sabes triste y rencoroso. Apenas recuerdo ya tu sonrisa.

Siempre supe cómo desarmarte, pero nunca cómo desamarte... Y no me dejas. A veces siento que ya no me queda(s) nada.

Ese día fue imposible desarmarte y, desde entonces, es y será imposible desamarte.

dimarts, 2 d’abril del 2013

Esta chica alegre escribe melancolía

No creo en la suerte, creo en la actitud. Si quieres ser feliz, sonríe. Si quieres reír, diviértete. Si quieres cambiar, hazlo. Creo en la actitud positiva hacia las cosas, creo en que quien la persigue con esfuerzo, ganas y tiempo al final casi siempre la consigue. Sé que llorando en el sofá nunca se consiguió nada.

Soy así de inocente, soy así de hippie. Creo en las buenas conversaciones y en las personas buenas. Creo en inspirar despacio bajo el sol de un bonito día. Creo en cerrar los ojos y oler, tocar, sentir, escuchar. Creo en canturrear por casa, en el "tonight's gonna be a good night", en bailar como si no hubiera un mañana. Creo en la fuerza de un abrazo. Creo en las olas del mar y en el tacto de la hierba mojada. Creo en los cafés o las cervezas con un buen amigo. Creo en la locura, en lo imprevisto. Creo en lo nuevo y en lo de siempre. Creo en los veranos, en las palabras, en los lugares que te hacen sentir bien. Creo en mantener el equilibrio. No creo en el destino.

Creo en todo eso y a menudo escribo todo lo que no lo es. Escribo melancolía para alejarla de mí, para que se quede aquí encerrada. Perdonadme que lo bueno lo guarde para mí.