A veces no se me acaban de terminar bien los versos. Como la sierra que termina en un gran acantilado. Como el río que desemboca en otro río. Como la lágrima que nadie verá. Y es que nadie dijo que la poesía fuera fácil, aunque sí bella. Tiene esa obligación. Serlo. Incluso sería mucho mejor si rimara. Y la poesía, que tiene nombre de mujer, se siente tan azorada, tan cobarde si no la miman... Y no puede terminarse, aunque vaya a morir. Poesía terminal.
dimecres, 18 de setembre del 2013
dimarts, 17 de setembre del 2013
Sé lo que (te) quiero
Sé que quiero más besos. Más carícias de esas que tatúan, que encienden, que permanecen. Sé que quiero mirar tu lejos de cerca, retratarlo. Sé que quiero observarte en tu rutina, admirar tu nervio, ver tu esencia. Sé que quiero reír contigo. Que me hagas reír. Que me rías alguna que otra tontería. Que te salgan esas arrugas en los ojos. Sé que quiero complicar lo más sencillo porque sino sería demasiado aburrido. Sé que quiero que lo entiendas. Que me entiendas. Que nos entendamos sin palabras. Sin reproches. Ni rencor. Sin vacíos ni silencios. Sé que quiero silencios llenos de ti y de mí. Que quiero momentos de lluvia en la ventana. De empañar los cristales. Que habrá lluvia, y quiero que estemos ahí hasta que escampe. Sé que quiero un poco de locura. También un poco de ternura. Sé que queremos espacios, sé que sabemos llenarlos. Sé que somos tan diferentes y tan parecidos... Sé que sabes. Sé que todo esto ya lo has sabido. Sé que me inquietas. Sé que no es lo más sencillo.
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