dilluns, 25 de març del 2013
Lo cuerdo, lo valiente
Boomerang
Si vuelves, no volveré a lanzarte tan lejos.
Sólo habrás volado libre unos minutos
por el cielo azul
de este invierno.
Volarán a tu alrededor mis recuerdos
amargos y caerán
por su propio peso.
Si vuelves, no volveré a lanzarte tan lejos.
Amanecerá limpia la esencia
de mantener y cuidar
intactos tus rincones.
Si vuelves, si acaso volvieras...
Volverás
y no tardarás tanto en frenar tu inercia.
Besarán los gritos, versarán mis manos,
rimarán los tiempos, vibraremos llenos
de emociones.
No volveré jamás a lanzarte tan lejos...
ya aprendí a dejarte volar
a borbotones.
divendres, 22 de març del 2013
A ti, seas quien seas
A ti, seas quien seas, te pido:
- un saco de risas
- una pizca de rebeldía
- una tonelada de besos inesperados
- infinitas miradas que se claven y despierten una sonrisa
- un poco de locura
- un poco de cordura
- un toque de enredo del bueno, del que no hace daño
- un puñado de tonterías que me hagan levantar la ceja izquierda
- un par de manos amigas e indiscretas
- abrazos reparadores
- muchas ganas
- una extraña ilusión
Si acaso se te ocurre traerte el amor, no me avises. Prefiero encontrárnoslo poco a poco.
dijous, 21 de març del 2013
Melancolía
Todo está en calma: mi pelo, mi risa, mis manos, mi respiración pausada. El silencio envuelve esta noche como todas las noches, y ya no estás. No vuelves. A veces acaricio lentamente tu hueco vacío en mi colchón con la mano que dejabas caer sobre tu pecho e inspiro lentamente. Casi me parece oler tu cuerpo. Aún está caliente.
Recordarte ahora es casi sonreír. Sonreír brevemente es mucho mejor que llorar. Se me antoja recordarte en los mejores momentos y los recuerdo en cualquier parte, porque todo eres tú. Hemos vivido tanto en tan poco... Nos quedaba mucho aún todavía. Quería verte aquí. Ojalá sea cierto lo que me dice mi cabeza y nos quede toda la vida para volver a querernos. Para volver. Para que vuelvas. Para querernos es la parte más fácil.
Lo que me queda es una pequeña melancolía diluída en una tímida locura. Te echo de menos siempre a cuentagotas porque no me dejo más. No puedo más. Vivo un mundo de sensaciones paralelas, vivo más la que me hace bien. Escojo quererte infinitamente. Escojo vivir. Escojo combinar lo incompatible en un acto de rebeldía. Siempre fui rebelde. Siempre fui a mi manera. Melancolía se escribe a mi manera, siempre besando al viento por si alguna vez te llega. Por si alguna vez me esperas en la puerta.
diumenge, 10 de març del 2013
Recuerdos lejanos
Bailar contigo en las carpas de verano y volver a casa cogidos de la mano. Hacer fotos a la espuma que dejan las olas al romper en la playa. Sentarme a tu lado. Reír. Ver amanecer en la Barceloneta. Los nervios y la timidez de tenerte a pocos centímetros. Tu camisa, tus tejanos. Que me quitaras la ropa. Comer a las siete de la tarde. Coger el metro pensando "me ha besado" y que tú pensaras que te había besado yo. Tu olor. Que te dijera "me gustas". Que lo escribiera. Que me arriesgara. El "¿y ahora qué?". El "¿somos novios?". El volver a tener quince años. El paso lento del tiempo a tu lado. El barrio de Gracia de Barcelona.
Todo eso y mucho más, recuerdos que ahora nos quedan muy lejanos...
divendres, 8 de març del 2013
Engáñame tú también
A veces me da igual, sólo quería que me engañaras. Ya sé que no todo era así de bonito, como en mi cabeza, y puede que jamás lo sea. Pero engáñame. Engáñame como todos los otros que llegaron antes y que también me engañaron, pero me hicieron feliz un ratito.
Engáñame porque casi que te lo pido. Engáñame porque es así como hoy puedo salir de esta montaña rusa en la que sí, ya sé que entraré de nuevo mañana. Hazme creer que puedo olvidar sus manos con tus manos, su piel con tu piel, su sonrisa con tu sonrisa ... Sus palabras, que hoy me duelen, con las tuyas, que hoy me curan.
Engáñame porque esta chica sabe que le engañas pero no quiere ni saberlo. Porque es así como lo dicta esta tristeza. Ya sé que no es lógico, ya sé que estoy loca. Bésame. Haz lo que tengas que hacer, pero engáñame tú también y no me digas nada.
dimecres, 6 de març del 2013
Pertenencias
Con el agua caliente, por el desagüe de la ducha, se fueron las relaciones que nos unían. Se fueron aclarando. Cuando bajé las escaleras ya no había pertenencias. Bajaba a escuchar de tu boca lo que ya me había dicho el agua. Bajaba a rendirme. Por eso no quise ese primer beso, porque ya no me pertenecía. Ya no era tuyo ni mío, ya no era de nadie.
Y como no había pertenencias ni ataduras ni relaciones restrictivas, éramos libres. Pero tú no lo sabías. Aún estabas atado a tus palabras, a los recuerdos. No había pertenencias, pero había futuro. No había presente ni pasado, pero éramos libres de no ligarnos a un futuro fruto de la inercia. Éramos libres incluso de construir un futuro de nuevas relaciones. Pero tú aún no lo sabías.
Lo que duele no es el presente, ni el pasado, ni que ya no te pertenezca ni tú me pertenezcas. Lo que duele es el futuro incierto, el que no quieres construir y el que se parece cada vez más a un pasado o a un vacío. Aún no sabes que ya somos libres, pese a todo. Aún no sabes usar las nuevas relaciones que podríamos regalarnos. Aún no quieres mirarme a los ojos.
Lo has ganado todo, aunque te sientas perdido. Y yo, que te he perdido todo, no estoy rendida. Y aún así, no entiendo por qué no nos sentimos libres. No sé por dónde empezar a escribir este futuro. No sé qué nombre ponerle porque quizá ni exista, porque quizá tampoco me pertenezca...
dilluns, 4 de març del 2013
No es poder, es querer
Es difícil vivir sin ti con todo lo que me has cuidado siempre. Es terriblemente difícil vivir sin tus abrazos. Difícil vivir sin los besos en la cabeza, sin la cabeza en tu pecho.
Cada día es algo diferente lo que echo de menos de ti. Se me va el mundo intentando no recordarte. Se me va el mundo recordándote. Y aún siguen ahí todas las cosas inocentes que una vez fueron tuyas o nuestras... Me miran y yo les miro, a veces las uso, a veces las ignoro. Están ya cogiendo polvo.
Los domingos se me acaban siempre llenos de tristeza. A veces no los aguanto, a veces no me aguanto a mí misma. No puedo abrazar ninguna almohada porque son tuyas y tienen tu olor y tú ya no me perteneces. Las cosas que siguen aquí se dejan aún querer, pero tú ya no. Tú ya no quieres siquiera dejarte enredar. Tú ya no quieres que te quiera.
No es que no podamos querernos, es que tú ya no quieres que nos queramos. Y como te has empeñado en no querernos, no nos queremos y punto. El amor es una tiranía. Ojalá pudiera presentar mis alegaciones, enmendar las decisiones que objetivamente no fueron buenas, querellarme contra el mundo. No fue culpa tuya ni mía. No fue nunca el final deseado y por eso no nos lo merecemos. Pero el amor no es justo, es simplemente así. Y punto.
No es poder, es querer. El amor es querer cambiar las cosas a cualquier precio. ¿De veras ya no te vale nada la pena?